Apenas se ha cumplido un mes desde que, después de treinta y dos años, la tierra volvió a temblar en Ciudad de México. Desde el 19 de septiembre todos, los allí residentes y sus familias -por lejos que vivamos de ellos- no hemos podido dejar de pensar cada día sobre lo ocurrido. El ejemplo de entrega y la capacidad de reacción del Pueblo Mexicano ante esta tragedia es algo que ha sorprendido a la comunidad internacional, pero no tanto a quienes, de una u otra manera, hemos tenido ocasión de conocer a su gente.
Esta entrada al blog quiere ser un pequeño homenaje al México que tuve ocasión de conocer en dos viajes anteriores, y busca recoger en las fotos que le acompañan la cotidianidad que yo viví, esa cotidianidad que en tantas ocasiones nos pasa desapercibida pero que esconde el lado bello y feo, dulce y amargo de la vida misma, la vida y la cotidianidad que hoy México busca recuperar.